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lunes, abril 18, 2011

De bicicletas y esfuerzos

Desde muy pequeño he sido un entusiasta de la bicicleta. Siempre recordaré como mi hermano Manuel Antonio me enseñó a guardar el equilibrio -gracias, Peque-. Lo hiciste tan bien que todavía no te he tenido ninguna caída importante.

Utilicé bicicleta de carretera al comienzo, pero perdí a un tío cuando circulaba por una, murió atropellado. Aquello fue el detonante para que mis padres (y yo mismo) prohibieran la salida en bicicleta por aquel sitio que no fuera un camino.

Así que una y otra vez recorrí esos caminos, y aunque pinché no sé cuantas veces (ya perdí la cuenta), descubrí el placer de pedalear simplemente por pedalear.

Ahora tengo 41 años y salgo más que nunca por esos mismos caminos. Cada día tengo más ganas de seguir pedaleando. Estoy intentando sumergir a mi hija mayor en el mundo de la pedalada. Participo en pruebas.

En definitiva, soy feliz.

Sólo espero poder seguir haciéndolo.