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lunes, enero 09, 2012

8 eran 8


 Son las dos y veinte de la tarde, estoy en la oficina, he terminado con todos los correos, notas y trabajos atrasados que tenía después del lapso vacacional. Estoy cansado, ni siquiera tengo muchas ganas de escribir estas líneas.

 Así que dejaré pasar el tiempo hasta las dos y media, plácidamente, sin prisas.

 ¿Sabes cuanto puede durar un minuto? Depende, amigo mío, depende.