Páginas

lunes, octubre 01, 2012

Concesiones


 Este concepto siempre es entendido como la acción de otorgar algo, pero dentro de sus acepciones también entra la de "Asentir, convenir en algún extremo con los argumentos que se oponen a la tesis sustentada."

 Asentir o convenir, dos términos que por desgracia están completamente fuera de juego. ¿Cómo voy a ceder? ¿Cómo pretenden que dé mi brazo a torcer?

 Da igual que estemos hablando de religión, de economía, de nacionalismo, de relaciones personales o laborales, da igual, lo importante es no ceder ni un ápice. Estos nuevos héroes del siglo veintiuno tienen todos una característica en común, llevar hasta las últimas consecuencias aquello por lo que consagran su lucha.

 Y no es que esto sea una justificación de la relatividad de los acontecimientos y por lo tanto la realidad que nos rodea, ni mucho menos. Se me ocurren tal cantidad de ejemplos que el artículo sería interminable, y más aún si entramos en temas personales.

 En esa lucha, lamentablemente y como no podría ser de otro modo, las victimas somos siempre los mismos. Tendremos que empezar a huir de la frase -a mi me da igual- pues cada vez son más lo que aprovechan la situación.

  Defender nuestra postura se hace cada vez más necesario, no porque sepamos que llevamos razón, es sobre todo para que no nos hagan perder tiempo. Bastará, entonces, con un simple -no- (seco y con contundencia, eso sí).

 Para que la receta funcione no olvide dejar algo de "asentir, convenir en algún extremo ....", no vaya a ser que caigamos en los mismos errores. O dicho de otro modo, seamos algo más razonables.