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lunes, septiembre 05, 2011

Pedaleo en Madrigueras


 Otra carrera más.

 Con esta ya son cuatro las que he realizado este año. Y no es que sea una cifra muy elevada, sobre todo si comparamos las cifras de otras personas (probablemente, quedaría al borde del colapso).

 Es más, mi puesto final siempre se corresponde con los tres cuartos del número de participantes. Es invariable.

 Me da igual, simplemente participo para dar pedales, para subir y bajar por sendas despeñadas, muchas de las cuales tengo que pasar a pie.

 La sensación en esta carrera ha sido mejor que en el resto. Saliendo desde las últimas posiciones he podido adelantar a un buen número de participantes, me he encontrado con fuerzas y no he tenido que echar el pie a tierra en ningún momento.

 De hecho, si no hubiera tenido un percance técnico que me hizo retrasar mi posición, creo que hubiera quedado en un puesto bastante más elevado. Perdí el tren del grupo que llevaba, y al quedar rezagado, tuve que adelantar de nuevo a bastantes corredores con un ritmo inferior al mío, y en sendas estrechas se hace bastante difícil.

 En fin, que espero poder participar en la carrera de Pétrola, donde las lagunas.  No sé si mejoraré, ¡pero que más da!, si lo importante es pedalear.

El miedo

 El miedo es un vínculo que nos une con la vida, igual que la felicidad o que el amor; como un semaforo el miedo enciende en nosotros una señal de prohibido cuando algo nos inquieta, nos angustia.

 El miedo nos sirve para persistir, las especies que mejor se han adaptado al medio son aquellas que poseen altas dosis de temor, están mejor preparadas para evitar la extinción.

 La sociedad necesita el miedo para subsistir, es innegable pues, que en esencia, la subsistencia de todos los elementos, y por lo tanto del conjunto depende de ello.

 El problema aparece cuando ese miedo se convierte en anti natura, cuando el miedo es sembrado por doquier, que sirve para alimentar la avaricia y la codicia, para hacernos más pacatos. 

 Por ese miedo podemos justificar cualquier dislate, por ese miedo se puede llegar a justificar la existencia de un sistema donde se nos mida por la cantidad de dinero que llegamos a deber.

 Ese miedo ha llegado a justificar que el 40% de las riquezas de este mundo se concentren en el 1% de la población mundial, a perpetuidad, y cada vez será peor.

 Sólo espero que mis hijas tengan únicamente miedo de la bruja mala del bosque y del lobo feroz.

 Finálmente, no quiero despedirme sin mandar un animado "vayanse a tomar por culo" a todos los listos y agoreros de turno, a todos los políticos que crean deuda en vez de riqueza, a los empresarios que pagan menos impuestos que sus asalariados, y que si hay suerte y es cierto que hay un infierno, os quemeis las pelotas eternemamente.

 Para darle algo más de contenido, os diré que para nosotros, simples mortales, el concepto -eternamente- es muy difícil de entender, pues si es la ausencia de tiempo lo que produce la eternidad, ¿cuando realmente os quemaréis?, interesante pregunta.